Rosario 2027: la ciudad que podría estrenar autonomía y desata una feroz disputa política
Con las elecciones de medio término a la vuelta de la esquina, Rosario ya empieza a perfilar su futuro político hacia 2027, año en el que podría convertirse en una de las ciudades más disputadas y observadas del país.
La reforma de la Constitución provincial, impulsada por el gobernador Maximiliano Pullaro y respaldada por su socio político, el intendente Pablo Javkin, abrió la puerta a un debate sobre la autonomía rosarina que podría redefinir el mapa institucional de Santa Fe.
Rosario, con más de un millón de habitantes en su área metropolitana y una estructura económica y portuaria estratégica, tiene el tamaño y peso político de una gobernación. Por eso, las miradas ya apuntan a quiénes podrían pelear por su conducción en 2027.
Entre los nombres que suenan con fuerza, figuran dirigentes de distintos espacios ideológicos y con trayectorias muy diversas:
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Juan Monteverde, referente de Ciudad Futura, hoy alineado al kirchnerismo de Juan Grabois. Tras su incorporación al PJ, busca el “musculito político” que antes le faltó para conquistar la intendencia.
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Juan Pedro Aleart, periodista del Grupo Televisión Litoral, alentado por Patricia Bullrich y sectores de La Libertad Avanza, aunque distanciado de Romina Díez. Su mayor activo es la alta exposición mediática, aunque enfrenta dificultades para llegar al voto barrial.
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María Eugenia Schmuck, presidenta del Concejo Municipal y aliada de Javkin, combina peso institucional y respaldo en los sectores radicales, socialistas y progresistas. Su entorno político incluye a su esposo, rector de la UNR, lo que le otorga visibilidad en el ámbito académico.
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Carolina Labayru, de confianza del intendente, es reconocida por su gestión municipal eficiente, aunque sufre de bajo perfil político y escasa estructura territorial.
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Walter Eiguren, fundador del Partido Moderado, es una figura emergente con vínculos con la vicepresidenta Victoria Villarruel. Sin aparato económico ni estructura tradicional, busca posicionarse desde su perfil conservador y técnico. Fue asesor de Carlos Menem y se perfila como un candidato “de orden” y ajeno a la función pública actual.
Mientras tanto, el radicalismo luce absorbido dentro del “Pullarismo” y sin señales de renovación visible hacia afuera.
Aún es temprano para confirmar alianzas, pero el tablero rosarino promete ser uno de los más tensionados y estratégicos del país, especialmente si avanza la discusión por la autonomía municipal, que podría convertir a Rosario en una capital política de peso propio dentro de la Argentina federal.
“Rosario siempre estuvo cerca”, pero en 2027 podría estar más cerca que nunca del poder.








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