Por Darío H. Schueri, especial para NOVA
No le alcanzó al gobierno de Miguel Lifschitz y sus socios radicales NEO (el PDP también hizo lo suyo aportando triunfos en territorios) con haber teñido el mapa santafesino de los colores frentistas en las categorías locales (comunas, municipios y concejos); ni siquiera haberlo puesto en apuros internos al presidente de la UCR nacional e itendente de Santa Fe, José Corral, al haberle ganado en su propio terruño. El tercer puesto en la emblemática Rosario donde el socialismo gobierna desde hace casi tres décadas, pareciera haber sido el radar meteorológico, tan de moda por estos tiempos de cambio climático, anticipatorio de inciertos alertas de tormenta.
Cambiemos, con su lógica casi algorítmica, formateó el disco político santafesino con un programa triunfalista, que intentarán viralizar entre la población, con ejecución programada: el 2019.
El método es relativamente sencillo y bidireccional: bajar las defensas anímicas en las filas oficialistas y a su vez fortalecer la idea del inexorable triunfo provincial, apuntalado por una victoria ya anticipada en Rosario (38 por ciento del padrón electoral).
Inmediatamente después de las elecciones a gobernador en 2015, el exitoso senador radical venadense Lisandro Enrico - y así lo hicimos notar en esta columna en su momento - nos alertó sobre la inoculación del virus Cambiemos en el organismo del FPCyS. Dos años más tarde, el intendente de Santa Fe José Corral y su Grupo Universidad, de relativo peso territorial más allá de la ahora menguada ciudad capital, y el sector radical M.A.R. (Movimiento de Afirmación Radical), pasaron a jugar definitivamente en Cambiemos.
Julián Galdeano, uno de los líderes del M.A.R., admite que el FPCyS "hoy tiene un deterioro, un llamado de atención de la ciudadanía en estas elecciones". Felipe Michlig, triunfante senador frentista por San Cristóbal, admitió que "hay que relanzar e institucionalizar el FPCyS para tener un norte hacia donde ir".
Precisamente, rápido de reflejos y con los resultados a la vista, el gobernador Lifschitz se apresuró el domingo a pregonar la refundación del FPCyS abriendo el capital accionario a "sectores independientes, organizaciones sociales", y hasta al mismísimo peronismo, que venía de una buena elección a diputados nacionales y en Rosario para concejales (en esta capital pensaban obtener más votos).
"No creo que el peronismo quiera venir a formar parte del Frente", dudó el vicegobernador Fascendini. "Nosotros no acostumbramos a comprar dirigentes sueltos, el FPCyS lo integran partidos", aclaró un alto dirigente socialista en sintonía con el escepticismo del contador Fascendini.
Así las cosas, el peronismo ingresa formalmente en un territorio de profundo debate interno de cara al 2019.
Agustín Rossi y su compañera de lista, Alejandra Rodenas, aunando un discurso anti Macri, fueron el factótum del meritorio segundo lugar en la categoría diputados nacionales, reteniendo los votos de las PASO.
El "Chivo" Rossi había prometido que no exploraría más la aventura gubernamental en el 2019, y cuentan que señaló su preferencia: Alejandra Rodenas. ¿Y Omar Perotti? Hay resquemores por su escaso compromiso con la campaña. Además, Rafaela fue otros de los bastiones -como Rosario para el socialismo- arrasado por el huracán Cambiemos en la categoría concejales.
El PRO, con acciones "clase A" en Cambiemos (su presidente Federico Angelini se atribuye el mecenazgo de las victorias locales en toda la Provincia) centraliza su atención en la vital Rosario, donde le asestaron lo que consideran la puñalada mortal al socialismo, pero así como las derrotas generan intensos debates, el ego triunfalista no racionalizado puede terminar siendo pernicioso para los intereses superiores de los ganadores.
De allí que Angelini piense que habría que concentrarse en ganar la intendencia de Rosario de la mano de Roy López Molinas, y dejarle al radicalismo la faena provincial, (de paso para bajarle la tasación a Luciano Laspina, con quien Angelini no se lleva políticamente bien) porque no con José Corral. Claro, siempre y cuando Corral lograre atraer hacia Cambiemos el poderío territorial que hoy ostenta el radicalismo en el FPCyS.
El gobernador Lifschitz se reunió con José Corral la semana pasada, "para tratar temas de gestión, la política la dejamos para más adelante, cuando las aguas se calmen" reveló el intendente santafesino, jaqueado por el vicegobernador Fascendini y el sector radical NEO, que por estas horas sostienen una relación tensa con Lifschitz a raíz de los cambios por venir en el gabinete. NEO dejó las sillas vacías en un asado convocado por el propio Gobernador el miércoles pasado.
"Nada que no tenga arreglo en los sinuosos caminos de la política" filosofaba un diputado socialista, quien aguarda ávidamente el relanzamiento "prontamente", anunció el ministro de Gobierno, Pablo Farías, de la reforma de la Constitución provincial -con reelección incluida- para saber definitivamente de qué lado se pondrán los senadores peronistas, quienes tienen la llave de los dos tercios constitucionalmente necesarios en la Cámara Alta para dar el primer paso hacia la reforma. Después se necesita igual mayoría agravada en Diputados, donde Lifschitz necesitará que Antonio Bonfatti le consiga 34 votos.
A más tardar en abril del año que viene, cuando el gobernador debiera tomar la decisión de enviar a la Legislatura la reforma de la Constitución, el FPCyS observará en el radar meteorológico político si se avecina un clima despejado o en cambio un frente de tormenta que lo obligue a cambiar de estrategia. Hoy no existe el Plan B.
Vivimos en Argentina, país impredecible como pocos, que inmediatamente después de haberle renovado el contrato para la presidencia de la República a Cristina Fernández con el 54 por ciento de los votos en 2011, la obligó dos meses después a poner un cepo al dólar porque los mismos votantes huían casi despavoridos de la moneda nacional.
Cristina Fernández perdió las elecciones de medio término del 2013, las presidenciales del 2015, y nuevamente las de medio término del 2017. Hoy la expresidente quedó relegada a un fugaz liderazgo de la tercera sección electoral de la Provincia de Buenos Aires, y a una aislada banca salvadora en el Senado.
El electorado supo diferenciar el domingo pasado en la provincia de Santa Fe la elección nacional de las compulsas locales. El FPCyS como coalición de gobierno con representación territorial sigue intacta.
Es innegable que el PRO-Cambiemos comenzó a mostrar las uñas en algunos distritos (Rosario, Rafaela, Reconquista los más trascendentes).
El peronismo aún conserva un lugar preponderante en la paleta de colores provincial. Once senadores que pondrán en juego sus liderazgos, propios y territoriales, también en el 2019.
¿Quién podría aventurar entonces un resultado cantado dentro de dos años?