Por Darío H. Schueri, especial para NOVA
Astuto, el gobernador Miguel Lifschitz no la emprende contra el presidente Mauricio Macri, ni siquiera con sus más cercanos lugartenientes Marcos Peña o Rogelio Frigerio; utiliza como puching ball a quien acaba de identificar como "el vocero de Macri en Santa Fe": José Corral.
Corral es el presidente de la Unión Cívica Radical nacional y futuro aspirante de Cambiemos para quedarse con el sillón en el que hoy se sienta el ingeniero civil rosarino.
Todos los martes, Corral (por su investidura partidaria) está en Buenos Aires y traspone las celosas puertas de la Casa Rosada. Lleva información y trae compromisos y visitas oficiales pletóricas de promesas de las cuales a esta altura, el FPCyS ya comienza a dudar de sus cumplimientos.
Y para muestra basta un presupuesto: tal como anticipáramos en estas líneas hace una semana, el cálculo de gastos y recursos nacionales no contempla un solo peso de la deuda que la Nación tiene con la provincia de Santa Fe, tasada - es verdad, unilateralmente- en casi 50 mil millones de pesos, y con una propuesta de pago, también autónoma ante la cerrazón nacional, "ampliamente generosa", según el propio Lifschitz, que contempla a partir de enero del año que viene 600 millones de pesos por mes por 24 meses.
"Santa Fe necesita cash que la Nación no tiene", reflexionaba un legislador nacional de Cambiemos. “¿No tiene o no están dispuestos a darle a Miguel (Lifschitz) esa plata para que siga apoyando la producción y la obra pública?”, respondía socarrona y enojosamente otro interlocutor, en este caso del FPCyS.
El ministro de Economía, Gonzalo Saglione, hizo notar que nuestra provincia es la que menor endeudamiento posee: 3.088 pesos per cápita (en Córdoba es de 10.686 pesos -3,4 veces más-, en Buenos Aires es de 12.653 pesos -4 veces más-, en Mendoza asciende a 15.034 pesos -5 veces más- y en CABA supera los 19.000 pesos -6 veces más-) y que bien podría seguir endeudándose, pero no quiere hacerlo si tiene a cobrar una camionada de plata de la Nación.
La deuda: eje de campaña
Políticamente, lo mejor que le hubiera podido pasar al gobernador santafesino era que el Gobierno nacional no contemple en el presupuesto el pago de la deuda por coparticipación detraída para el ANSES durante nueve años de la gestión kirchnerista; eso le dio argumento para instalar su propia y provinciana polarización con el Gobierno nacional ("una vez más el centralismo porteño se queda con nuestros recursos", interpretó el segundo candidato a diputado nacional, Fabián Bastía). Sin contar que María Eugenia Vidal podría quedarse con unos 7.500 millones de pesos por mes de Santa Fe del Fondo del Conurbano.
Para peor, el ministro del Interior Rogelio Frigerio volvió a sugerir el posible pago de la deuda con el financiamiento de obra pública: "Desde la Nación no nos van a decir cómo utilizar nuestra plata", saltó el primer candidato a diputado nacional, Luis Contigiani.
El secretario de Lechería, Pedro Morini, fue colmado por elogios por la "colonada tambera" el sábado durante los festejos por los 75 años de la Cooperativa tambera Rivero Aedo en la localidad de Ataliva (departamento Castellanos) debido a la inmediata respuesta del Gobierno provincial ante la emergencia hídrica de fines del verano pasado. Nación aún adeuda 200 millones de pesos prometidos para aquel fondo de emergencia pluvial.
Golpe por golpe
Miguel Lifschitz le reprochó a José Corral que deje de ser "furgón de cola del PRO" y se ponga a defender los intereses de Santa Fe. Contigiani le pidió "humildemente" a su contrincante Albor Cantard (Cambiemos), un hombre del riñón político del intendente de Santa Fe, que le pida al gobierno al cual representa políticamente que cumpla con el fallo de la Corte y honre la deuda.
Lifschitz sospecha, no sin razón, que la Nación lo está empujando nuevamente a la Corte Suprema de Justicia- como ya hizo San Luis- para que ésta dirima, con sus dilatados tiempos, el modo de calcular la deuda. No quiere caer en esa trampa. Seguirá batallando políticamente.
Corral responde con evasiva elegancia: “A la Provincia le conviene este nuevo modelo de país” para augurar que “Santa Fe tiene un lugar de privilegio en la Argentina que viene”. El lord mayor santafesino no quiere confrontar públicamente con el gobernador (seguramente en privado se descargará con barbaridades), prefiere ningunear al socialismo - y por añadidura a sus correligionarios NEO - diciendo que (el FPCyS) "debería haber leído a tiempo que la sociedad clamaba por un cambio, también a nivel provincial", en sintonía con el resultado a favor de Cambiemos del 13 de agosto donde, salvo en el departamento San Cristóbal, en toda la provincia hubo una supremacía del espacio nacional, que seguramente se estirará el 22 de octubre.
El 22 es solo el inicio (de la carrera rumbo al 2019)
Resta menos de un mes para que los argentinos volvamos a las urnas. Mauricio Macri necesita de los votos el 22 de octubre para utilizarlos como defoliante del kirchnerismo, aún a riesgo de hacer crecer luego de manera vigorosa al peronismo al cual, de todos modos, no lo imaginan lo suficientemente fuerte como para pelearle con chances la triple reelección del 2019: María Eugenia Vidal en Provincia de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta en CABA y el propio Macri a nivel nacional.
En el "peronismo que renacerá" tras la imaginada debacle kirchnerista del 22 de octubre a manos de Cambiemos, se alinearán con chances presidenciales desde Juan Manuel Urtubey, pasando por Sergio Massa retornando a las fuentes, sostenidos por referentes de la talla de Miguel Ángel Pichetto, jóvenes y moderados sindicalistas, empresarios "generación XXI".
En Santa Fe, asomará como referente de ese nuevo esquema Omar Perotti, quien ya convocó a los suyos para comenzar a trabajar en pos de la gobernación 2019 a partir "de las ocho de la mañana" del lunes 23 de octubre próximo, convencido de que el radical - socialismo gobernante ya agotó su crédito electoral.