Política
Las PASO sin tregua

La interna del Frente de Todos en Santa Fé conmueve al Gobierno nacional

Se trató de evitar cualquier enfrentamiento por dentro, pero el objetivo no culminó con buenos resultados. (Dibujo: NOVA)

El Gobierno nacional trató de evitar una interna en las PASO del Frente de Todos en Santa Fé, antes y después del cierre de listas, pero no lo consiguió. El acuerdo alcanzado entre Cristina Fernández de Kirchner y Omar Perotti resultaba inaceptable para los segmentos más progresistas del Frente de Todos, y confirmaba a la vez el liderazgo del gobernador.

Por esta razón, ni Agustín Rossi y mucho menos el Movimiento Evita no aceptaron convertirse en el “pato de la boda”, aunque su negativa ha generado mal humor y rispideces al interior del Gabinete, y su proyección es una incógnita.

"Lamento que el ejemplo de Cristina (Kirchner) de priorizar el interés colectivo por sobre los individuales no haya llegado a todos los dirigentes", le confió el ministro de lnterior, Wado de Pedro, al periodista Iván Schargrodsky.

Si bien existieron algunos distritos en la provincia de Buenos Aires en los que el avance de La Cámpora colapsó con el albertismo, como en el caso de Hurlingham, la mediación de Andrés "Cuervo" Larroque evitó que la sangre llegara al río.

Pero en Santa Fé la situación es muy diferente, porque se trata de una provincia clave para definir el equilibrio de poder dentro del Congreso Nacional. El acuerdo entre CFK y Perotti no fue el fruto del amor, sino del interés común. El gobernador quería lista única a su medida y la vicepresidente conservar a María de los Ángeles Sacnún en la Cámara Alta.

Para el Gobierno nacional, Perotti es mejor que Rossi en una provincia agraria, donde recolecta pocos votos y muy focalizados, y habría sido un suicidio ponerse en contra del jefe de Gobierno provincial ante las luchas que se darán en los próximos meses.

Esta mirada de RealPolitik confronta con la caracterización que hacen tanto Rossi como El Evita. Cederle la provincia a Perotti implicaría la victoria de un "neomenemismo" muy parecido al de Juan Schiaretti, con juego propio y una mirada "provincialista", que dificultaría la contención de los sectores más progresistas.

Para El Evita, sería un avance más de la alianza entre Cristina y Máximo Kirchner que se registra a nivel de varios municipios bonaerenses y que tiene como premio mayor la designación del nuevo ministro de Desarrollo Social que deberá reemplazar a Daniel Arroyo.

Desde el entorno de Agustín Rossi aseguran que Perotti nunca quiso negociar una lista de unidad y que prefirió privilegiar a su propio círculo. Pero desde la Gobernación responden que "Rossi, Alejandra Rodenas y El Evita tienen funcionarios en áreas de gestión muy sensibles, está a la vista que eso es mentira".

Desde la mesa chica de Perotti van mucho más allá y afirman que la vicegobernadora Rodenas, y el Frente Progresista hicieron todo lo posible para debilitar al Gobierno provincial. E incluso asocian esta actitud con la decisión de Perotti de negarle su respaldo al senador provincial Armando Traferri, quien es investigado por sus vínculos con una red ligada al juego clandestino y las extorsiones que avanza en Sede Judicial.

Perotti demostró su deseo de cerrar una lista única en la provincia viajando a Buenos Aires antes del cierre, y ofreció sacrificar a Roberto Mirabella (actual senador y mano derecha del gobernador) para ubicar al periodista Marcelo Lewandowski, y mantener en el segundo para la Cámara Alta a María de los Ángeles Sacnun, una senadora que responde a la vicepresidente de la Nación. La oferta le valió la aprobación de Cristina y de Alberto pero Rossi se mantuvo incólume.

Sin voluntad alguna de llegar a un acuerdo, el ministro de Defensa presentó una lista sin consultar al Gobierno nacional, que integran él mismo como primer candidato a senador, acompañado por la vicegobernadora Alejandra Rodenas, en la que el primer candidato a Diputados (Eduardo Tonioli) pertenece al Movimiento Evita.

Hoy el mar de fondo que provocó esta decisión resulta indisimulable. Y se anticipan movimientos sísmicos aún mayores, ya que Rossi manifestó su voluntad de mantenerse como titular de la cartera de Defensa, cuando la confrontación con el Presidente y la vicepresidente alcanza una temperatura cercana a la ebullición.

En realidad, la situación de Santa Fé es sólo un capítulo de la grave crisis que va saliendo a la luz dentro del Frente de Todos, donde cada vez son más los disgustados con los repartos parcelarios de poder y candidaturas entre los grandes jugadores de la coalición.

A punto tal, que no puede descontarse que ese malestar se traslade a las urnas, generando resultados electorales que podrían poner en aprietos al Gobierno nacional.

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