Por Darío H. Schueri, especial para NOVA Santa Fe
Objetivamente, Antonio Bonfatti tuvo razón; pero jamás debería haber salido de su boca la comparación personal.
La historia de la humanidad puede dar testimonio de que no es verdad que las sociedades -ambiguamente denominados "pueblos"- nunca se equivocan (frase peronista inspirada en un aforismo latino).
Claro, para contrastarlo habría que apelar a la teoría contrafáctica proyectada a futuro. Nadie cree que sus actos -cívicos en este caso- sean para el perjuicio personal o colectivo. Sólo el tiempo demuestra -o no- lo contrario. Aunque para entonces no haya manera de remedarlo, si de un error histórico se tratase.
En la reciente tradición política argentina es motivo de hipócrita humorada autoindulgente decir "resulta que nadie votó las reelecciones de Menem en 1995 (49,94 por ciento) o Cristina Fernández en el 2011" (54 por ciento), una vez que los propios votantes cayeron en la cuenta de que habían cometido un error.
Políticamente, el exgobernador santafesino no podía haber sido más inoportuno: por un momento en los canales informativos y psicóticos cenáculos preelectorales, el brulote de Bonfatti desplazó del centro de la escena la difusión de los "Corralpapers", investigación periodística realizada en esta capital que revelaría como decenas de millones de pesos salieron de las arcas municipales santafesinas para alimentar (la Justicia deberá probar si de manera ilegal) un aceitado esquema político clientelístico barrial bajo la fachada de cooperativas de trabajo y organizaciones civiles.
Además, también de manera políticamente imprudente (por más que se justifique desde el sector diciendo que "tenía que despegarse contundentemente") el gobernador Miguel Lifschitz ventiló la soterrada interna existente en el socialismo, con semejante mazazo conceptual hacia Bonfatti en su propia cuenta de Facebook.
Ambos incidentes, los "corralpapers" del intendente santafesino y jefe del radicalismo y el yerro de Bonfatti, ¿incidirán de manera directa en la voluntad del electorado? Ni Corral ni Bonfatti son candidatos; pero ambos sostienen candidatos: Antonio Bonfatti a Luis Contigiani para diputado nacional y José Corral a su primer candidato a concejal en esta capital, Carlos Pereira.
En el primero de los casos (la lista de diputados nacionales del FPCyS) sospechamos que el resultado ya está cantado (lo adelantó el gobernador salteño Urtubey) y nada podría modificarlo sustancialmente. Todo indicaría que la distribución de bancas sería cuatro para Cambiemos (que ganaría la compulsa); tres para el Frente Justicialista (en una elección histórica de Agustín Rossi) y dos para el FPCyS, que remontaría una empinada cuesta luego del malogrado 13 de agosto.
En el caso de la dupla Corral - Pereira en esta capital, quizás algún votante sensible pudo haberse espantado por los "corralpapers", pero creemos que la difusión de esos documentos bien podrían cumplir otro objetivo tal vez no perseguido por sus autores: menguar el "aparateo" estatal el próximo domingo.
En esta capital el ambiente político está densamente cargado de gas metano, mientras José Corral y Miguel Lifschitz en cualquier momento prenden un cigarrillo en el depósito de garrafas. ¿Por qué semejante tensión?, se preguntarán los lectores desprevenidos de otras latitudes: porque José Corral y Miguel Lifschitz, a través de sus candidatos a primer concejal Carlos Pereira y Emilio Jatón, se juegan el domingo 22 la puesta en cero del cronómetro para disputar la gran final del 2019.
José Corral tiene anunciadas aspiraciones gubernamentales, y necesita arrancar el sinuoso camino, no exento de escollos PRO, hasta el 2019 con un triunfo en su propia casa para demostrar poder efectivo; aquel que solo otorga el voto. Corral será examinado el domingo, no sólo por los apetentes radicales, sino por los desconfiados macristas que quieran saber cuánto calza su principal socio aspirante a presidir el directorio. Una derrota le bajaría la cotización de las acciones.
Lo mismo cuenta para el gobernador, que a partir del lunes 23 (y hasta abril- mayo del año que viene a más tardar) comenzará a tantear la posibilidad de reformar la Constitución - con reelección incluida - .
La disputa por la capital santafesina pasó del natural terreno político a ser una cuestión personal entre ambos gobernantes.
Tal como concluíamos hace una semana, el socialismo (que no es lo mismo que el FPCyS) trabaja para lograr tres resultados el domingo venidero: obtener dos bancas a diputado nacional; el segundo lugar en Rosario para concejales, y ganar en Santa Fe capital a concejales. "Con esos resultados demostraríamos que seguimos vivos", ambiciona un alto dirigente del Partido de la Rosa.
Argentina ya clasificó para el Mundial de Fútbol de Rusia. El feriado del 12 de octubre, corrido para este lunes 19, les da a los candidatos solo tres días efectivos para tratar de cambiar lo que seguramente ya es inmodificable en el espíritu de los votantes.
La gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, acaba de pedir en un programa de televisión a todos los futuros legisladores nacionales que asuman en nombre de la Provincia, que defiendan el Fondo del Conurbano. Ese Fondo nos sustraerá a los santafesinos 7.500 millones de pesos por año. ¿Qué harán nuestros legisladores nacionales electos sobre ese respecto? "¿No es lo mismo que pide Miguel Lifschitz cuando reclama coparticipación?", se preguntó la actual y seguramente reelecta diputada nacional Gisela Scaglia, anticipando su postura.
Los espacios cedidos a los partidos políticos encuentran a los candidatos a diputado nacional de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe embarcados en una sola consigna: defender sus territorios en el Congreso ante el sospechado embate centralista por venir, básicamente en materia tributaria.
El presidente Mauricio Macri convocó a los gobernadores para el viernes 27 a los fines de discutir "reformas estructurales", entonado por el contundente resultado que obtendrá el domingo en todo el país. Algunas, es verdad, las reclama la propia ciudadanía; pero como diría Alejandro Dolina, después del domingo 22 quizás sea demasiado tarde para lágrimas.
Tal vez habría que reflexionar, de aquí al domingo, sobre aquel axioma peronista "el pueblo nunca se equivoca", extraído por Perón en 1954 del aforismo latino "Vos populi vox Dei" (voz del pueblo, voz de Dios).