VIDEO | Pullaro le adjudica una megaobra a una empresa investigada por coimas y responde con agresiones políticas
El gobierno de Maximiliano Pullaro atraviesa un nuevo foco de conflicto tras la adjudicación de una obra millonaria a Pietroboni, una firma procesada en causas de coimas y fraude al Estado, con embargos judiciales vigentes. La participación de la empresa en una Unión Transitoria de Empresas para la concesión del corredor vial Rosario–Victoria, volvió a encender alertas: ¿cómo se explica que una compañía con ese historial siga accediendo a contratos del Estado?
Las críticas surgieron desde espacios libertarios, que difundieron un video señalando directamente la decisión de Pullaro. La respuesta oficial, lejos de aclarar, encendió aún más la polémica.
Creo que a Pullaro le quedó claro que el verso de la obra pública ya no se lo come la gente, no?
— Escuela Austriaca de Economía 🇦🇷 (@DiegoMac227) June 20, 2024
Quiso chicanear a Milei en pleno acto y la gente le respondió con silbidos por oportunista. pic.twitter.com/t3kvaQz37H
El ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, optó por la confrontación política y denunció un supuesto intento de “ensuciar” al gobierno, evitando explicar por qué una empresa con antecedentes en el pago de sobornos continúa ganando licitaciones bajo su administración.
Las defensas del Ejecutivo santafesino insistieron en que “en Santa Fe no se pide el 3 por ciento de coima ni nada a ninguno”, una frase que plantea más dudas que certezas: si todo es tan transparente, ¿por qué elegir socios con prontuario judicial pesado?
Pietroboni fue procesada por cohecho activo y falsificación de documentos en obras viales entre 2017 y 2018, con un embargo superior a 600 millones de pesos. Su nombre también apareció mencionado en la Causa Cuadernos, una de las investigaciones por corrupción más resonantes de la historia reciente.
Mientras el gobierno provincial intenta redirigir la discusión hacia la Nación, lo concreto es que Pullaro abre las puertas de la obra pública santafesina a actores que llevan años bajo sospecha. Y lo hace en un momento en el que decía abanderar la transparencia total.
El puente Rosario–Victoria sigue siendo estratégico. Pero también puede convertirse en el puente a un nuevo escándalo político en Santa Fe, con un gobernador que promete limpiar la política y, al mismo tiempo, firma contratos con quienes la ensuciaron durante décadas.








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