Losada nació en Rosario y construyó durante años un perfil mediático sólido como modelo, periodista y conductora televisiva. Su salto a la política se dio en 2021, cuando se presentó como precandidata a senadora por la UCR dentro de la coalición opositora Juntos por el Cambio.

Ese mismo año ganó la banca y desde entonces ha sido una voz visible en debates vinculados a modernización del Estado, transparencia, eficiencia administrativa y lucha contra el narcotráfico, uno de los temas más calientes de su provincia.

En 2023 intentó su primer gran salto electoral al competir por la gobernación de Santa Fe. Su campaña, centrada en el combate al crimen organizado y en la idea de liderar un cambio profundo en la provincia, no logró imponerse en las PASO frente a Maximiliano Pullaro.

Aun así, su figura se consolidó a nivel nacional, al punto de convertirse en una de las dirigentes más conocidas surgidas de la renovación radical.

En los últimos meses, sin embargo, su vínculo con la UCR se fue desgastando. Su estilo directo, su discurso antiprivilegios y su afinidad con posturas más disruptivas la fueron alejando del partido centenario y acercando a las posiciones que hoy encarna el oficialismo libertario.

En el Senado, incluso antes del quiebre formal de Juntos por el Cambio, Losada comenzó a tomar distancia de las estructuras tradicionales y a marcar diferencias respecto de la conducción radical.

Esto coincidió con su creciente sintonía con la agenda del prescindente Javier Milei, especialmente en temas como la reducción del Estado, la confrontación contra lo que considera corporaciones enquistadas y el reclamo por un orden más estricto en materia de seguridad.

Ese acercamiento dejó de ser solo especulación y en el Congreso ya dan por hecho que la senadora santafesina prepara su pase a La Libertad Avanza. Su designación como consejera ad honorem del Consejo de Mayo, un espacio de asesoramiento institucional impulsado desde el oficialismo, fue leída como un gesto político inequívoco.

Dentro del radicalismo, la noticia cayó como un golpe: varios sectores la acusan de “romper la identidad partidaria”, mientras que otros admiten que el partido nunca logró integrarla del todo ni capitalizar su figura.

Losada, por su parte, mantiene un perfil bajo respecto de su futuro inmediato, aunque su entorno ya desliza que el vínculo con la UCR está “agotado” y que su alineamiento con LLA es cuestión de tiempo.

El oficialismo, que busca ampliar su base política con dirigentes de peso, ve en ella una oportunidad para sumar una figura con llegada mediática, experiencia legislativa y fuerte presencia en Santa Fe, una provincia clave en la disputa por poder territorial.

Mientras el radicalismo debate cómo contener sus fugas y redefinir su identidad frente al avance libertario, Carolina Losada parece haber tomado una decisión que podría marcar un nuevo capítulo en su carrera: convertirse en una de las incorporaciones más resonantes al espacio de Javier Milei.

Su salto, que ya se considera inminente, podría convertirse en uno de los movimientos políticos más comentados del año y un síntoma de la reconfiguración profunda que atraviesa la oposición argentina.