Hablamos de la causa más grave de corrupción constitucional de las últimas décadas, ya que Patricio Serjal obtuvo esta condena de 9 años, después investigaciones que demostraron que recibió sobornos del empresario del juego clandestino Leonardo Peiti a cambio de protección judicial.

Serjal creó y firmó la resolución 62/2018, con la cual concentró en su fiscalía regional, todas las causas por juego ilegal, apartando así a los fiscales que investigaban al empresario Peiti. El tribunal consideró que esa medida administrativa tuvo una única finalidad: proteger los intereses del empresario y desactivar investigaciones en curso.

Así, es como el ex-máximo fiscal Serjal garantizaría impunidad incluso a la famosa banda delictiva rosarina “Los Monos”, a cambio de sobornos.

Armando Traferri habría recibido 200 mil dólares (según palabras del mismo Peiti) para financiar una campaña electoral, pero aún no fue juzgado debido a que posee fueros.

La condena a Serjal marca un antes y un después en la justicia santafesina, ya que nunca en la historia una figura de tan alta jerarquía del Ministerio Público en Rosario, como lo es el ex-jefe de Fiscales Patricio Serjal, es condenado a prisión efectiva por delitos de lesa corrupción.

"Este no es un caso de juego clandestino. Ni siquiera de "filtraciones" o incumplimientos funcionales aislados. Este caso traído a juicio es una investigación que pone sobre la mesa algo mucho más sutil y mucho más dañino: este caso versa sobre la impunidad. Este no es un caso sobre dinero, sino sobre lo que el dinero puede comprar. En esa posibilidad material que da el dinero combinada con ciertos contactos y con ciertas posiciones de poder, pudimos comprobar que ciertos funcionarios fueron efectivamente comprados por dinero", remarcó la fiscal Marisol Fabbro sobre los hechos sucedidos.