Participaron referentes de organizaciones como Las Fuerzas del Cielo, La Púrpura, la juventud del partido de La Libertad Avanza y otros espacios aliados que viajaron desde Buenos Aires para presenciar el evento. "Son el motor de este proceso de cambio que ha empezado y ya no lo pueden frenar", señaló Milei.

El acto se dio en un contexto complicado para el Gobierno libertario: las recientes renuncias del embajador en Estados Unidos, Gerardo Werthein, y del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, profundizaron la sensación de desgaste y desorden dentro del Ejecutivo.

En ese marco, Milei insistió en que la elección del próximo domingo será decisiva para su proyecto político y, sobre todo, para mantener la “gobernabilidad” que el gobierno de Donald Trump le habría exigido como condición para continuar brindando apoyo financiero y político.

Fiel a su estilo, Milei volvió a utilizar un tono apocalíptico, al plantear que el país enfrenta una disyuntiva entre “las ideas de la libertad o el comunismo castro-chavista”.

Sin aportar nuevas propuestas ni reconocer los efectos sociales de su ajuste económico, Milei reiteró frases ya escuchadas en otros discursos de campaña y buscó responsabilizar a la “casta política” por la situación actual del país.

“Nos quieren hacer creer que las elecciones de medio término son irrelevantes, pero nosotros vamos a darles vuelta las urnas”, repitió ante la militancia libertaria, en un acto que evidenció más épica que contenido y que intentó reanimar a un electorado que, según las encuestas, muestra signos de fatiga ante la gestión y el relato presidencial.