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En el Monumento a la Bandera a partir de las 15

Rosario también se suma a la campaña "pique tetazo" de este sábado

Rosario se suma a la campaña “pique tetazo” que se realizará en todo el país. (Imagen ilustrativa)

La ciudad se sumará a la “teteada masiva” o “pique-tetazo” que se realizará el próximo sábado en repudio a la actitud que tuvieron agentes de Policía Bonaerense en San Isidro que le pidieron a Constanza Santos, una joven mamá que estaba amamantando a su bebé en una plaza, que dejara de hacerlo porque estaba prohibido, algo que es falso.

Como ella opuso alguna resistencia terminaron echándola del lugar, lo que fue provocando una indignación cada vez mayor, y que se decidiera –a través de las redes sociales– realizar un acto de repudio en simultáneo en varias ciudades. Por lo tanto, en Rosario se llevará a cabo en el Monumento a la Bandera a partir de las 15 y la idea es que las mujeres que concurran den el pecho a sus hijos en la vía pública.

El Colectivo Mujeres en Tribu es una de las organizaciones que está convocando a esta inédita protesta en la ciudad. Según contó María Petraccaro, una de sus referentes, pueden venir tanto las que están lactando como las que no. “Lo que queremos demostrar es que sí se puede dar la teta en público, que no hay problema con eso, que amantar es un derecho, tanto de los niños como de las propias mamás, y que la sociedad lo único que tiene que hacer es, por un lado, respetar, y por el otro dejar la hipocresía de lado y empezar a dar apoyo a esto”, indicó.

Sobre lo ocurrido con Constanza, la integrante de la organización social estimó que tenía más que ver con una cuestión de ignorancia. “Todos sabemos los beneficios que tiene la lactancia materna, insisto con el tema de la hipocresía. Vivimos en una sociedad donde desde el Estado se impulsa el sostenimiento de la lactancia, se siguen los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud que dice que hay dar la teta de manera exclusiva hasta los seis meses y continuar hasta los dos años pero sin embargo las licencias por maternidad no llegan en ningún lugar del país a los seis meses”, continuó.

“Es muy importante dejar bien en claro que no existe ninguna ley que prohíba amamantar en público. Sería una locura porque es algo natural y fisiológico. No existe ninguna ley que prohíba hacerlo en ningún lado”, añadió.

Petraccaro recordó que ya se están organizando actividades para la Semana de la Lactancia, que será del 1º al 7 de agosto. “Lo que nosotras nos planteábamos más allá de los lemas que se suelen usar es la necesidad de más que nada dar apoyo a la mamá y al bebé en el proceso de amamantar. No hay apoyo. Yo hace unos días fui a uno de los shoppings de la ciudad y me encontré con que no hay un solo banco en los pasillos para poder sentarse y amamantar. Me refiero a un banco que no sea el del patio de comidas. Me acerqué, le pregunté a una de las chicas de la entrada, me dio una respuesta bastante tonta y terminé amantando a mi hija en las escaleras del ingreso al shopping. Son pequeños hechos que atentan para que podamos amantar cuando queremos”, resaltó.

El caso de Constanza

Sobre su caso, Constanza, la joven de 22 años, madre de un bebé de nueve meses, contó que salió del Banco Nación y se cruzó a una plazoleta para darle de comer a Dante sentada en la base de un mástil. Allí nota que había varios policías mirándola, se acercaron dos agentes mujeres, le pidieron los documentos de ambos y una de ellas le dice que estaba prohibido amamantar en lugares públicos. Cuando ella le preguntó si la estaba cargando una de las policías la agarró del brazo para que se levantara y se fuera. Todo esto con el bebé llorando.

“Ellas seguían prepotentes. Yo seguía intentando darle de comer. La gente se empezó a acercar. La más joven me agarra del brazo y me dice «te vas a tener que retirar o es resistencia a la autoridad». Fue todo muy violento de entrada. Le dije `yo me voy, pero esto no lo escuché en mi vida´”, contó la chica.

Ante la insistencia de las dos mujeres policías, la joven acudió a los oficiales que observaban la escena a pocos metros. “Ellos miraban atentos y después se reían, había como seis, siempre están parados ahí. Cuando les fui a pedir los nombres me decían que no. Yo estaba con el bebé llorando, re nervioso, porque le corté la teta y se puso peor. Si decía algo por ahí me llevaban, así que me fui”, finalizó.

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