Rosario: Ametrallaron el auto policial que custodiaba el edificio del secretario de Newell’s
Un nuevo y grave hecho de violencia sumó la barra brava de Newell’s, porque este domingo a las 6 de la mañana fue baleado el móvil policial que custodia el edificio donde vive el secretario del club, Claudio Martínez en Rodríguez al 1600. Fueron 30 impactos con un arma similar a una ametralladora de grueso calibre o una pistola semiautomática, también la fachada de la vivienda colectiva sufrió daños materiales como las casas vecinas, se trató de dos hombres en moto los que perpetraron el ataque. No hubo testigos por la hora en la cual ocurrió el repudiable hecho.
El uniformado ante semejante ataque, decidió refugiarse abajo del auto y cuando aparecieron vecinos del lugar, les pidió desesperadamente que llamaran al 911 y se refugió en una de las casas aledañas. Se hicieron presentes el ministro de Seguridad de la Provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, el fiscal regional Jorge Baclini y la fiscal local Verónica Caimi. Tras lo ocurrido, se montó un gran operativo de rastrillaje por toda la ciudad y se detuvieron a dos personas, de 19 y 20 años, que se movilizaban en un rodado de dos ruedas cerca de la calle Cuzco al 1400 en la zona sur de Rosario.
Porque coincidían con la vestimenta descripta por las personas que luego de escuchar las detonaciones, observaron desde sus hogares como se fugaban rápidamente del lugar. Hace exactamente un mes atrás habían disparado contra el frente del edificio donde vive Martínez, en la previa del partido por la Copa Argentina contra Deportivo Morón y por tal motivo el Ministerio de Seguridad dispuso brindarle custodia policial.
A raíz de lo sucedido, el secretario leproso pidió licencia y aseguró no tener “ningún vínculo” con la barra brava. Que en el mes de junio se cobró dos víctimas fatales por la disputa interna de dos facciones que quieren quedarse con todo el poder de la tribuna. Por la tarde, en el partido entre Newell’s y Sportivo Las Parejas, por la semifinal de la Copa Santa Fe, la tribuna baja local estuvo vacía y custodiada por decenas de policías porque no fue habilitada. El público leproso se ubicó en la bandeja superior. Lo insólito fue que cuando transcurría el primer tiempo, desde un auto, volvieron a disparar contra el edificio donde vive Martínez, de no creer.
