Luego de la explosión del depósito de garrafas, el municipio busca clausuras directas
El jueves de la semana pasada en la ciudad de San José del Rincón un depósito y venta de gas envasado voló por los aires. En el hecho, afortunadamente, solo resultó herido Ricardo Vecchio, un joven que aún continúa internado en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital José María Cullen.
El suceso dejó al descubierto una situación de sumo riesgo para los habitantes de esa localidad. Hasta la semana pasada había dos depósitos de garrafas en esa ciudad costera, aunque ninguno contaba con la habilitación para funcionar. Luego del estallido del local ubicado a 100 metros al oeste de la ruta provincial Nº 1, a la altura del kilómetro 7,8, se conoció que tanto ese local como el que funciona a la altura del kilómetro 5,5 –también del lado oeste de la ruta 1– sólo tenían en trámite su habilitación. Pero a pesar de no estar habilitados estaban funcionando casi con normalidad.
Ante esto, el secretario de Control municipal de Rincón, Mario Ocampo, dijo que esos trámites no se terminaban porque no se cumplía con determinadas normas de seguridad y que ambos habían sido notificados, intimados y hasta multados. Pero el Ejecutivo rinconero no contaba con la posibilidad de realizar clausuras preventivas de los lugares y eso era un proceso burocrático que lleva su tiempo.
Mientras el trámite de la clausura avanzaba a paso lento uno de los depósitos estalló. Eso puso en alerta a las autoridades que enviarán al Concejo un anteproyecto que les permitiría “tomar decisiones inmediatas” y que les brindaría una herramienta como las clausuras preventivas que no se limitarían solo a los depósitos de garrafas, sino a cualquier actividad que pueda poner en riesgo la seguridad de los vecinos, la salud o sus bienes. Incluso ese proyecto les permitiría sacarlos del ejido urbano para minimizar el peligro.
Según Ocampo, las expectativas están centradas en que en la sesión de mañana los concejales traten el tema sobre tablas para poder contar cuanto antes con la posibilidad de cerrar de forma preventiva los lugares que conllevan un riesgo inminente, hasta tanto regularicen las condiciones de seguridad previstas en las ordenanzas.
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