El hecho que desembocó en la muerte de Paladini ocurrió el 13 de septiembre, a las 17.15, cuando el vehículo que manejaba mordió la banquina y terminó en una zanja en Circunvalación, en sentido norte-sur, a unos 200 metros del acceso a la autopista a Córdoba.

Como consecuencia de esa maniobra, el empresario salió despedido del interior del auto, por lo cual se especuló con que no llevaba puesto el cinturón de seguridad, o bien que el dispositivo pudo haber fallado.

La empresa Audi realizó peritajes en la computadora que el auto siniestrado tiene en su interior, pero no se pudo establecer la velocidad que había alcanzado al momento del siniestro.

“Acá hay algo o alguien que generó el accidente. Estoy convencido de que alguien le tiró algo”, había considerado Oscar Larrauri, ex piloto de Fórmula Uno y otrora concejal de Rosario, para luego agregar: “No tengo dudas de que el incidente fue provocado, producto de alguna anomalía externa al conductor. Por lo que escuché y las fotos que vi, puedo juzgar que probablemente Paladini haya estado sin cinturón”.

Los interrogantes siguen abiertos tras los dichos de Guirao Díaz, quien aseguró que el padre de su esposo fue “víctima de la inseguridad” al recibir “un ladrillazo en el parabrisas” que le hizo perder el control del auto.

La semana pasada comenzó a tomar fuerza en Tribunales los resultados preliminares hechos por peritos de Gendarmería y la Policía de Investigaciones.

El fiscal Regional, Jorge Baclini, y su par actuante, Mariana Prunotto, optaron por la prudencia y el hermetismo.

No obstante, Nicolás Paladini, hijo de Juan Alberto, se hizo eco en Twitter de publicaciones periodísticas que llevarían la pesquisa hacia un ataque al auto.

Tras la notoriedad del hecho y luego de reiterados casos de coches y hasta colectivos apedreados en los accesos a Rosario y en la ruta A008, la provincia adelantó que habrá radares de control de velocidad. Se estima que a mediados de 2015 serán instalados en las rutas 11, 33 y 34, además de las autopistas que llegan a la ciudad.