Pese a haber denunciado ante la comuna, a cargo de Adrian Grassino, y ante el Ministerio de la Producción de Santa Fe, cuyos funcionarios visitaron la zona pero no clausuraron el asentamiento, no se tomaron las medidas pertinentes para proteger la salud de los vecinos.

Según consignó Ecos de Romang, la máquina señalada funciona moliendo bidones vacíos de agrotóxicos y silos bolsas, todos de uso en los semabradíos de soja de la zona, sin ningún tratamiento, y el agua contaminada es desechada directamente al zanjón, que bordea toda la manzana.

La electricidad de la que disponen es una conexión ilegal, denuncian, cuyo cable sale de una vivienda vecina, formando un nudo de cables que atraviesa la calle sin ninguna protección para vecinos, niños o animales que circulan por la zona. Por ese motivo, y ante el peligro de toda la población que consume el agua de ese pozo, se pidió la intervención de la abogada Graciela Vizcay Gómez, que visitó la zona hace días, y ya realizó otra denuncia similar en Santiago del Estero.

Ya en el año 2012, una de las denunciantes, Silvia Leonila Monzón, que padece desde hace dos años los efectos de la basura con agrotóxicos, fue diagnosticada con “patología alta y baja a repetición, con signos evidentes de alteración al contacto con químicos irritantes de todo tipo, antecedentes de contacto indirecto con organofosforados”.

El mismo día que la abogada Gómez visitaba La Criolla, Monzón realizó una denuncia ante la Comisaría Unidad Regional XVI, San Justo. Vecinos Autoconvocados de La Criolla y de Vera y Pintado recorrieron la zona junto a la letrada, que filmó y fotografió el lugar, y ya realizó la denuncia penal ante la UFIMA y pidió protección de la denunciante dado que, luego de la denuncia, hubo amedrentamientos a testigos y desplazaron a efectivos policiales de la Comisaría.