Un empresario del Parque Industrial Sauce Viejo decidió señalizar los pozos de la autovía
“Estoy enojado”, dijo Erich Zwiener sobre los motivos de la peligrosa tarea que emprendió. Este empresario santafesino, cansado de esquivar los baches de la autopista Santa Fe-Rosario, decidió marcarlos con pintura amarilla. Hasta el momento señaló tres: son importantes depresiones y rajaduras, ubicadas entre el club de campo de Colón y el acceso a la ciudad.
Según expresó a los medios locales, piensa seguir hasta tanto las autoridades provinciales tomen cartas en el asunto. “Diariamente transito la autopista porque mi empresa está en el parque industrial. Ya reventé una cubierta, he visto varios accidentes que ponen en riesgo la vida de la gente. Por eso me hago cargo de lo que digo y hago”, desafió e ironizó: “No soy Milagro Salas, pero a esta edad me he puesto revoltoso”.
Alerta 1. Por ahora los pinta con aerosol amarillo. El empresario Zwiener cuestionó la falta de control por parte del Estado provincial de los contratos con la empresa concesionaria.
Reclamo urgente
Antes de pintar los baches, Zwiener hizo diferentes reclamos por el estado de la autopista, valiéndose de sus contactos, pero no obtuvo respuesta. “Hice varios pedidos, conseguí que arreglen algunas cuestiones, pero nada más y estoy muy molesto. Esa es una autopista en la que se cobra peaje, fue concesionada por el gobierno del Frente Progresista Cívico y Social a Arsa. Busqué conocer el contrato y así llegué hasta el ex vicegobernador, Jorge Henn. Le pregunté las condiciones del contrato, pero no tuve más respuesta”, señaló Zwiener y continuó: “Pasó un año y veo que el contrato evidentemente no se cumple, deben mantener la carpeta asfáltica en buen estado y no es así. Sólo hacen ligeros bacheos. Antes de las elecciones, viniendo de Rosario, colocaron un cartel que decía: “Comienzo de construcción de la tercera vía. Hubo máquinas moviendo tierra durante un mes y medio, pero pasaron las elecciones, sacaron el cartel y crecieron los yuyos”.
Finalmente, advirtió que está decidido a continuar con las pintadas. “Tengo 75 años y dispongo de tiempo para pelear por las cosas que me interesan. Hay gente que cobra por mantener la autopista, las tarifas son interesantes y es un desastre. La circulación es cada vez mayor y las obras no se hacen”.
