Sin embargo, Faillace aseguró que la decisión de no invitarlo obedeció a la "disposición del conjunto de las academias de la lengua, que fueron las que definieron las invitaciones".

Finalmente, la Secretaría de Cultura bajo instrucciones de Néstor Kirchner y con la actuación decisiva de la entonces primera dama Cristina Fernández de Kirchner, procedió a invitar al autor de “Cien años de soledad”.

En ese momento, uno de los principales invitados al Congreso, el escritor portugués José Saramago, había anunciado que no concurriría, en protesta por la exclusión de García Márquez.

Fin de la polémica

Fue el propio García Márquez quien puso fin a la polémica y lo hizo con humor, adjudicándose "la responsabilidad" de haberlo generado, en un diálogo telefónico con el titular de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha.

El diálogo telefónico, referido a la prensa por García de la Concha, el autor de Cien años de soledad dijo desde México: "Quiero que sepas que he leído en estos días las dos cosas que más podían dolerme: que yo no voy al congreso por diferencias con la Academia y por diferencias con la Argentina".

Continuó aclarando que es "bien sabido" que él no asiste a estos actos, "de la misma manera que desde que he recibido el Premio Nobel no me parece oportuno aceptar otros premios ni distinciones. Estuve en el Congreso de Zacatecas, pero porque en aquella ocasión no tenía que salir de México. Y si no me gusta ir a esos acontecimientos es, en el fondo de todo, porque soy tímido".

García Márquez le dijo también a García de la Concha: "En cuanto a la Argentina, es el país que más amo y ya tendré oportunidad de ir. Yo me siento un invitado permanente de la Real Academia y del Instituto Cervantes. Así que ruega a Saramago que vaya al congreso. Porque si no va él, entonces tendré que ir yo".