En un juicio abreviado, oficiado por el juez Gustavo Pérez de Urrechu –según informó la prensa, Dainotto aceptó la responsabilidad penal por haberse quedado con fondos del gremio y se lo sentenció a dos años de reclusión condicional –es decir que quedará libre– y se lo inhabilitó por diez años a ejercer cualquier cargo público.

Dainotto admitió que guardaba a su nombre un millón de dólares en el banco Patagonia y 670.000, en la misma moneda, en el Nuevo Banco de Santa Fe, también a título personal. Además, dijo que había más dinero en una cuenta en el extranjero y confesó que contrataba publicidad (a una empresa cuyas siglas son iguales a las de su nombre, MVD) sin consultar a la comisión directiva.

El abogado Le Bihan explicó que su cliente decidió dividir la plata del sindicato en cuentas a su nombre porque el gremio no conseguía abrir una nueva caja de seguridad. Además, llamó la atención que guardar tales sumas en las oficinas de Camioneros no parecía la mejor opción. A su entender, entonces tal “negligencia” fue la que ahora le costó la condena pero aclaró que no era su intención quedarse con el dinero y que los miembros del sindicatos sabían de estas maniobras.

“Estaba declarado en el sindicato, no es que (el dinero) estaba faltante”, enfatizó y llamó la atención que en el “contexto violento” que atravesaba la institución –tras la balacera en el camping que acabó con la vida de un joven afiliado– “no era fácil devolver” el dinero.

“El error (de Dainotto) estuvo en no haber venido a la Justicia antes, tal vez estuvo mal asesorado o se abatató”, opinó.