Política
Análisis político santafesino

Del Sel, Lisfchitz, Perotti; Mauricio, Antonio y Daniel

Del Sel, Lisfchitz, Macri, Bonfatti y Scioli. (Dibujos: NOVA)

Por Darío Schueri, especial para NOVA desde Santa Fe

Necesariamente la campaña provincial se nacionalizará. Habrá padrinazgos decisivos. Los medios periodísticos nacionales también jugarán su papel. El 14 de junio santafesino también será un test match nacional hacia Agosto.

Ya nada será igual. Perotti y Del Sel verán bajar sus mecenas desde Buenos Aires, mientras que Miguel Lifschitz se recostará en el gobernador Antonio Bonfatti y Hermes Binner.

Terminó el escrutinio definitivo en la Provincia de Santa Fe y efectivamente las tendencias no se modificaron: Miguel Del Sel fue nominalmente el candidato más votado en las Paso del domingo 19 de abril. Del otro lado, la sumatoria dentro del FPCyS le permite mostrar al socialismo un marketinero “empate técnico” (31 puntos cada uno); mientras que Omar Perotti terció en la conversación con el caudal peronista de las últimas dos elecciones.

Más de 535 mil santafesinos pusieron a Del Sel otra vez a las puertas de la Casa Gris, dejando al Frente gobernante enredado en refinadas álgebras para entusiasmarse con retener el poder, que les fuera otorgado por ésa misma ciudadanía hace ocho años atrás. Poco tiempo para un “fin de ciclo”, razonan.

Aún se pregunta el socialismo como fue que su Rosario querida les diera vuelta la cara de manera tan despreciativa: “se perdió el amor, hay que recuperar el idilio”, razonaba un encumbrado dirigente socialista, quien aspira a recuperar esa vieja y ajada relación que duró 24 años, en estos 40 días de campaña hasta el domingo 14 de junio.

Evidentemente, Miguel Lifschitz no perdió las elecciones en Los Amores. El socialismo sucumbió en Rosario, atalaya desde el cual hace 24 años veía al resto de la Provincia con suficiencia electoral. Nadie se había atrevido a penetrar esa defensa.

Del Sel se metió tras las líneas enemigas. Ahora el exactor devenido en político (votado curiosamente por los que no quieren a los políticos) deberá consolidar el puesto tomado que el socialismo se resiste a entregar; y desde el cual iniciará la contraofensiva.

El rafaelino Omar Perotti hubiera querido ganarle a Lifschitz mano a mano, para terminar de humillar al socialismo. Quedo expectante y sujeto, como todos los demás, a la definitiva y oscilante decisión de quienes votaron, aún de aquellos que en gran número lo hicieron en blanco, y básicamente de quienes irán por primera vez el 14 de junio; que se calculan en unas 200 mil almas.

Para ser gobernador, el 14 de junio se necesitarán unos 650 mil votos (Bonfatti obtuvo 674 mil en el 2011). Curiosamente a Miguel Lifschitz lo separan de Miguel Del Sel la misma cantidad de votos que obtuvo Mario Barletta dentro del FPCyS, marca electoral que sus signatarios deberán afianzar para retener a quienes votaron por el precandidato santafesino, y que hoy le permite a la coalición esperanzarse con un destino mejor. Pero nada es lineal.

En esta columna hacíamos mención hace unas semanas al meneado “voto útil” teoría según la cual sólo vale el voto que va a tener éxito electoral, es decir, aquel que va a parar a una posible mayoría, sin tener en cuenta el voto en conciencia.

Más adelante nos referíamos al promedio estadístico con el que cada aspirante abriría las urnas el 19 de abril (550 mil Del Sel; 700 mil el FPCyS y poco mas de 350 mil el PJ). Salvo el traspié del FPCyS, Del Sel y el PJ de la mano de Perotti hicieron honor a las matemáticas en la primera vuelta. Tomando como base que utilizamos para el racconto los votos de las elecciones generales, estas cifras naturalmente se convierten en los cimientos para construir los 650 mil que serían el techo al cual subir el 14 de junio para alcanzar la gobernación. Y pone a los candidatos al alcance del “voto útil”, cuyo significado y consecuencias totalmente subjetivas y sensibles no amerita un premonitorio análisis público.

Advertíamos también que en esta primera etapa el escenario nacional no influiría demasiado en los candidatos (de hecho la bajada del Gobernador Daniel Scioli no le modificó el caudal de las dos últimas elecciones al peronismo); pero será gravitante de aquí en más. Mauricio Macri y Daniel Scioli librarán gran parte de su batalla electoral nacional en la Provincia de Santa Fe a través de sus challenger Miguel Del Sel y Omar Perotti.

El joven economista rosarino Luciano Laspina, a quien Del Sel suele presentar como su futuro ministro de Hacienda, fue contundente las otras mañanas en el desayuno de trabajo con empresarios organizado por la Asociación Dirigentes de Empresas – ADE- cuando prácticamente pidió a los asistentes el voto para Mauricio Macri, para poner a Santa Fe en sintonía con la Nación.

Omar Perotti tratará que Daniel Scioli regrese a la Provincia todas las veces que sea necesario para impulsarlo hacia el cénit; de hecho la semana que viene comienzan las reuniones en Buenos Aires para ir diagramando la agenda, y aseguran que la mismísima presidenta Cristina Kirchner de paso por Rosario le levantará la mano.

Scioli tiene el deber de apuntalar a su candidato, quien a su vez deberá abrazar a todo el peronismo en su hazaña, pensando en los titulares nacionales del día siguiente y a una semana del cierre de listas.

La incógnita está dada en el enigmático Frente Renovador de Sergio Massa, cuyo representante electoral en Santa Fe Oscar Martínez quedó definitivamente relegado de la pelea por el título. Pero es su candidato. Massa acaba de idear junto a José Manuel de la Sota (y eventualmente Adolfo Rodríguez Saá) una interna para oxigenar a su movimiento que comenzaba a asfixiarse bajo el peso de Macri y Scioli. Buscan afanosamente que el “peronismo no K” tenga un continente que los cobije para no abrigarse bajo el ala del Pro de Mauricio Macri.

Parecería que fuera un partido “de mentiritas”, pero el ducho gobernador cordobés no saldrá a la cancha a jugar un amistoso: irá por los puntos. Y seguramente comenzará por su vecina Provincia. ¿Quién acompañará a De la Sota cuando visite Santa Fe?. “Cachí” Martínez bromeaba diciendo que èl es amigo del cordobés y que el boleto estudiantil gratuito de De la Sota será también su propuesta de campaña provincial.

Lifschitz, sin padrino nacional

La parada más difícil en este nuevo ordenamiento proselitista bajo el influjo electoral nacional la tiene Miguel Lifschitz, quien no tendrá en Margarita Stolbizer una referencia del peso específico nacional de Macri y Scioli.

Y hasta de Massa para el caso del contendiente local Oscar Martínez. Para colmo Mario Barletta, presidente del principal socio dentro del FPCyS cavila entre apoyarlo expresamente – como debería ser – o recostarse en la alianza nacional Sanz- Macri. Del Sel, en sus acostumbradas repentizaciones discursivas que lo obliga a dar explicaciones permanentemente, no pecó de inocencia política revelando “como al pasar” una reciente encuentro con Barletta.

Miguel Lifschitz encadenará su destino al Gobernador Antonio Bonfatti, que casi lo doblegó en votos en la categoría diputado provincial (lo cual representa en sí mismo un verdadero misterio electoral) apelando al efecto derrame; y al intacto carisma que aún mantiene Hermes Binner. Bonfatti dio la línea bisectriz de campaña en su último discurso ante la Asamblea Legislativa; repasarlo no le vendría mal al “los dos Miguel”.

El ministro de Gobierno Rubén Galassi se reunió inmediatamente después de la elección con los seis senadores radicales (La interna en La Capital quedó en manos del candidato del socialismo Emilio Jatón) que en esta primera vuelta revalidaron, hacia adentro y hacia afuera, de manera holgada sus pergaminos, para analizar de qué manera esa cataratas de votos propios le arrimará caudal al candidato a Gobernador del FPCyS. Todos se comprometieron a subirle un par de puntos más en sus departamentos, habida cuenta que Del Sel no ganó comunas ni municipios (tampoco senadurías). Es un sobrenatural fenómeno en sí mismo.

Pisos y techos para el 14 de junio

Readecuación de campañas para consolidar lo obtenido y captar el faltante, apuntando, como decíamos, a quienes no fueron a votar el pasado domingo 19 y lo harían el 14 de junio (la justicia debería ser más exigente con quienes no lo hacen sin excusarse previamente, en Argentina no es opcional ir a votar) y quienes votaron por candidatos que por el piso electoral y debido a la interna ya no estarán en carrera.

Los equipos de campaña deberán estar muy atentos, tal como razonábamos hace una semana, en aquellos ciudadanos que tal vez utilizaron las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias como modelos para armar. Por ejemplo a modo de advertencia para algunas administraciones que consideraron deficientes. U otros urdimbres en el box de votación que podrían deparar sorpresas el 14 de junio. El voto definitorio será el del domingo 14 de junio. Ahí ya no será “de clasificación” o admonitorio. Se elegirán a quienes nos gobernarán durante los próximos cuatro años. Los que tributariamente meterán las manos en nuestros bolsillos. Quienes llevarán adelante “el futuro próspero” y pleno de dicha y felicidad pregonado en las campañas.

Las PASO, cuyo entramado habrá que revisar legislativamente, quedaron atrás. Comienza la cuaresma rumbo al 14 de junio.

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